miércoles, 21 de julio de 2010

Comienza con el fin en la mente

Hola amigos navegantes,

Gracias por atracar vuestro tiempo por aquí de nuevo. Hoy no me voy a alargar mucho, pero si me gustaría reflexionar sobre un suceso que me ocurrió hace poco. Estaba en la facultad de economía de la Universidad de Valencia, donde me gusta escuchar las exposiciones de tesis y proyectos de masters, ya que en casi cualquier cosa podemos aprender algo y de mano de jóvenes, entusiastas academicos y profesionales mucho mas. Muy bien, en una de las presentaciones un alumno muy aplicado, que había dedicado una considerable, por no decir inmensa cantidad de esfuerzo y tiempo en realizar un proyecto de marketing estrategico, al final, ante un tribunal indulgente, se lleva el agridulce sabor del reconocimiento de su esfuerzo pero la grave critica de no entender su objetivo. Aquí es donde empieza mi reflexión, un alumno que había demostrado tener altas capacidades técnicas y analíticas. Ser una persona aplicada y dedicada. ¿y que le ha pasado? Que no empezó con el fin en la mente. Hace ya muchos años, leí un libro que recomiendo a todo aquel que tenga el gusto y la oportunidad que lo lea, un libro de Steven R. Covey “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva", el Sr. Covey nos cuenta los 7 habitos que toda persona debe mejorar para mejorar la eficacia en el trabajo, en sus relaciones y en su vida en general. No obstante este libro merecería una parada en el puerto completa para el solo, y quizá en un futuro se la dediquemos, pero ahora solo hago alusión a una frase que proporciona el titulo a esta parada en puerto, “ comienza con el fin en la
Mente". Este particular habito no es otro que comenzar con un objetivo claro definido, algo que puede parecer de sentido común, pero que por desgracia pasa mucho tanto en la vida académica como en la profesional; el día a día, el ajetreo diario, la falta de tiempo y el estrés nos alejan en muchas ocasiones de lo que realmente queremos, de nuestro objetivo, de nuestro fin, ya sea este especifico para un proyecto empresarial concreto, o lo que es mucho mas grave, para nuestro proyecto global de vida. Recuerdo que Covey utilizaba una metáfora muy ilustrativa “Resulta increíblemente fácil caer en la trampa de la actividad, en el ajetreo de la vida, trabajar cada vez más para trepar por la escalera del éxito, y descubrir finalmente que está apoyada en la pared equivocada. Es posible estar atareado – muy atareado – sin ser muy efectivo".

A lo largo de nuestra vida nos vamos a encontrar con un sin fin de proyectos, que van a requerir tener muy claro cual es el fin, correr el riesgo de llegar al final de nuestra “escalera de proyecto" y darnos cuenta que nos hemos equivocado de pared es realizar demasiados esfuerzos baldíos. Nuestros proyectos deben aparecer de forma nítida en nuestra mente, siendo en ella el primer sitio donde se materializaran, debemos de pesar con el detenimiento necesario, a donde queremos llegar, si donde queremos llegar es el sitio mas adecuado, y por supuesto, que camino nos llevará allí. Una cita para la reflexión de Lewis Carroll en "Alicia en el país de las maravillas".

" Me podrías indicar hacia donde tengo que ir desde aquí' pregunta Alicia."
"Eso depende de adonde quieras llegar" responde el gato."
"A mi no me importa demasiado adonde".
“En ese caso, da igual hacia donde vayas"


Bueno navegantes, muchas gracias por vuestra visita, hasta la próxima.

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